Fotografías: Kike Lindemann
Txt: Carmina Neri
La noche de este viernes 3 de mayo el Lunario del Auditorio Nacional fue testigo de un ambiente de nostalgia y mucho rock con la celebración de ‘Cambio de Planes’, uno de nuestros discos favoritos de César Cossio Ortega, mejor conocido como Kar.
En punto de las 21:00 horas, Kar, acompañado de Rafael Cossio, Johanan Lam, Erik Gaitán y Álvaro Contreras ‘El Alemán’ también guitarrista de la banda Beta, salieron al escenario a dejarlo todo; y es que, desde los primeros acordes de “Volviendo a casa en Navidad”, ya se podía sentir una vibra que nos transportaba a nuestra adolescencia.
Siguiendo con “Canción cruel”, “Entre Sirenas”,“Fotograma” y “El Sol y la luna”, Kar demostró porque este es uno de los mejores proyectos de su carrera musical fuera de Insite, dejándonos en claro una vez más porque es considerado como uno de los principales compositores del género, llevando siempre la melancolía al máximo.
Una de las particularidades de este disco es su mezcla entre el rock y el country, la cual, no paso desapercibida, cuando Kar nos puso a bailar quebradita al ritmo de “Y qué tiene él”. Momentos después del ‘bailongo’, Bebari, su novia, salió para acompañarlo a tocar “No va a servir de nada”.
“No sé de qué otra manera expresar esto que estoy viviendo. No me queda más que decirles gracias en mi nombre y en nombre del resto de la banda”, mencionó César, segundos antes de cantar “Canciones de carretera”, la última rola de este increíble álbum y de la primera parte de sus setlist.
Tras una pausa de aproximadamente 10 minutos, la banda volvió al escenario para ponernos a brincar, llorar y bailar con algunos de los temas más emblemáticos de Accidents como “Espero de pie”, “Afuera todos somos lobos”, “En otra vida” y “Esqueletos en el armario”.
Como todo show, esta noche no se vivió sin tropiezos, pues ya casi al final, se suscitaron un par de problemas técnicos, que obligó a Kar a interpretar, sin el resto de la banda, “Perfecta de verdad”. Hecho que sin duda consideramos como un afortunado ‘accidente’, pues sin estos problemas de audio, la noche no habría terminado con todo el lunario coreando esta rola e iluminándolo con las luces de nuestros celulares.
